Editorial tradicional y Editorial de autoedición

Como ha salido a colación en el grupo de Malditas Ediciones voy a intentar aclarar estos dos conceptos. Ambos son novedosos en cierta manera pues con el auge de las Editoriales de autoedición, hemos empezado a conocer como tradicionales lo que antes conocíamos simplemente como Editoriales. Empecemos por estas últimas.

Una Editorial, es una empresa dedicada a la publicación de libros y su negocio se basa en la venta de estos a través de diferentes canales, Antes eran las librerías pero hoy en día las grandes superficies y la venta on-line prácticamente copan el mercado. La característica principal de la editorial es que decide personalmente qué autores publicar. Puesto que la base de su negocio es la posterior venta de ejemplares las editoriales son muy selectivas a la hora de dar salida a un nuevo libro. Generalmente editan autores consagrados con un público garantizado que asegure las ventas. También están abiertas, sobre todo las más pequeñas e independientes, a nuevos autores para lo que suelen tener periodos de recepción de manuscritos que, en números netos, son mayoritariamente rechazados. Una vez que la editorial decide publicar una obra, se encarga de la totalidad del proceso de creación del libro y corre con absolutamente todos los gastos, que no son pocos; revisión y corrección del manuscrito, maquetación, diseño de portada, impresión y encuadernación, distribución y venta y, finalmente, pago de regalías al autor por sus derechos. Tradicionalmente algunas editoriales también ofrecían de manera bastante ocasional un servicio de autoedición aunque aún no lo conocíamos por ese nombre sino como “ediciones de vanidad”. Ahí el autor asumía todos los gastos a fin de conseguir un número de ejemplares, generalmente reducido, para su uso personal. Es un servicio que también ofrecían las imprentas pero el manuscrito debía llegar corregido ortográfica y tipográficamente, limitándose la imprenta a la maquetación y la impresión. Era un proceso bastante caro.

Con el auge de la tecnología digital, no solo en la escritura sino también en la impresión surgió la posibilidad de imprimir pequeñas tiradas a un precio razonable y aparece lo que hoy conocemos como “edición bajo demanda” y la antigua fórmula de “edición de vanidad” pierde ese despectivo nombre y pasa a denominarse Auto-edición. Ahora, a un bajo coste, un autor puede correr casi con todos los gastos que conlleva la edición de un libro. Puede contratar personalmente los servicios que antes solo podían permitirse las editoriales. Ese servicio comienza entonces a ser ofrecido cada vez más asiduamente por imprentas y ya en la era de las plataformas digitales aparecen empresas especializadas en ese tipo de servicio exclusivamente añadiendo la corrección, maquetación, impresión y distribución. Son las “empresas de servicios editoriales” donde el autor puede contratar el servicio completo.

Lo que diferencia, pues, a la imprenta tradicional de la de autoedición o servicios editoriales es que la editorial decide por su cuenta y riesgo publicar tu libro mientras que la de autoedición lo hace a petición y pago del autor. Esto se traduce, a nivel empresarial, en que cada una tiene un cliente final muy específico y completamente diferente. El cliente de una editorial es el lector que compra el libro, sin él la empresa quiebra, de ahí vienen los ingresos de una editorial tradicional. Para la empresa de servicios editoriales, el cliente es el autor que compra el servicio, de ahí vienen sus ingresos y la ausencia de ventas posteriores jamás incide de forma negativa.

Tanto la editorial como los servicios editoriales son negocios totalmente legales y legítimos aunque eso no impide que exista cierta controversia. Esta se debe principalmente a la palabra Editorial, que puede llevar a confusión por causa de la extendida idea de que solo las primeras pueden llamarse así y las, no siempre transparentes, campañas de captación de autores de las segundas. También el prestigio o desprestigio de unas y otras es tema de intenso debate así como la realidad de la distribución bajo demanda que puede llevar a los autores a pensar que sus libros estarán físicamente en ciertas librerías cuando de lo que se trata es de la inclusión en un catálogo de disponibilidad si se solicita. En fin, los libros son una mercadería importante y disputada desde que fue escrito el primero en una tabla de arcilla.

En resumen, la EDITORIAL TRADICIONAL es la que edita y publica tu libro y te paga por los derechos de autor de tu obra y la EDITORIAL DE AUTOEDICIÓN o “servicios editoriales” es la que tú contratas para que edite y publique tu obra. Para otro momento quedan las aclaraciones sobre qué es editar y qué es publicar.


 

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